lunes, 25 de mayo de 2009

el concierto de andrew bird


Allí estaba él, con su violín, su guitarra y un metalófono. Ni batería ni bajo, para qué.
Empezó a tocar una pequeña melodía con el violín, la grabó, y la fue superponiendo una tras otra nuevas melodías, creando un ambiente mágico, rellenando los silencios con pizzicatos, silbidos, y ruiditos variados, algo así como un puzle musical. Y entonces empezó a cantar.
El público mientras, callado como un muerto, con la boca abierta, intentando digerir que toda esa música que le rodeaba la acababa de sacar de la nada, en apenas un minuto, ese chico desgarbado del escenario.


el retorno

Perdonen ustedes, mis miles de lectores diarios, esta desidia bloguera.
Han sido unos meses intensos, estos.
¿Novedades de curro? Pues no, sigo buscando. (Y desesperando un poco, la verdad).