lunes, 27 de octubre de 2008

las manifestaciones mentales



Ni "LUEGO DIRÉIS, QUE SOMOS CINCO O SEIS", ni "CORRIDAS DE TOROS, PARA LAS VACAS" ni, ni siquiera, "NO TE LOS TOQUES, FRÍELOS" (para las manifestaciones contra el machismo).

Hay una frase mucho mejor, infinitamente más reivindicativa que todas esas, pero no por su significado, sino por su musicalidad, su ritmo.

Una frase claramente diseñada para ser gritada por multitudes.

Cada vez que la leo, no lo puedo evitar, me pongo a corearla -mentalmente- como si fuese la proclama de una manifestación.
Y las imágenes me vienen solas a la cabeza: me imagino en una concentración gigantesca, en mitad de la Gran Vía, rodeada de miles de personas; de repente se hace el silencio, la gente se mira expectante esperando oír una buena frase para repetir, y entonces yo me subo a una papelera (es un decir), pongo las manos en posición-altavoz, y grito a los cuatro vientos la frase más reivindicativa, sin serlo, que he visto nunca:

¡ESTA OPERACIÓN, NO TIENE COMISIÓN!

Qué frase.
Qué momento.
¡Algún día lo haré!



sábado, 18 de octubre de 2008

mi relación abierta


(...)
- ¿Cuánto tiempo llevas ya con Ricky?
- Uy, pues muchísimo, espera que haga cuentas: ¡catorce años!
- ¿Catorce años? ¡Es una burrada!
- Ya, pero la verdad es que lo llevamos muy bien.
- Sí, eso parece. Sigue siendo una relación bastante abierta, ¿no?
- Bastante, si.
- Más os vale, jajaja...
- Jajaja...

Esta conversación, con pequeñas variaciones, es una especie de ritual no pactado que se repite año tras año, cada vez que quedo con mi amiga Helena; la veo muy poquito, porque vive fuera, y estemos hablando de lo que estemos hablando, siempre reservamos un hueco para sacarla a la luz. Después nos reímos y hala, a otra cosa.

Ricky fue mi primer noviete. Estuvimos saliendo (o haciendo algo parecido) unos cuatro o cinco meses, y luego cada vez nos fuimos distanciando más, hasta que acabamos sin hablarnos. No tiene ningún sentido, pero es lo que pasó. Y fue una pena, porque como amigos teníamos una relación estupenda.

El caso es que nunca llegamos a cortar, por lo que, teóricamente, sigo con él. De ahí mis conversaciones cíclicas con Helena.

Este verano, estando de pingo con Nata por Lavapiés (¡qué noche!) me lo encontré, y hablamos un rato, pero no me atreví a decirle nada sobre los otros chicos con los que he estado.

¿Y si él me ha sido fiel todo este tiempo? ¿Y si le rompo el corazón?


martes, 14 de octubre de 2008

la comunión de emilio



Hay palabras a las que sé que jamás me acostumbraré.
Las dos que peor llevo son estas:

1. COMUNIÓN: Toda la vida he creído que esta palabra estaría mucho mejor con una N antes de la M. Conmunión. Cuando alguien dice comunión, no puedo evitar pensar: ¿dirá también conotación, o comutación, o comiseración? (Vale, a veces me cuesta darme cuenta de que soy yo la que se equivoca).
La Primera Conmunión. Reconocedme que suena infinito mejor. Mucho más contundente.

2. EMILIO: Léase todo lo anterior y aplíquese a este nombre. Es decir, que a mí me suena mucho mejor Enmilio. Sólo entiendo que alguien diga Emilio, si está constipado. Mi ex-ex-suegro se llamaba Emilio y yo le llamaba Enmileo, para mosqueo de mi ex-ex-churri.
(Que conste que lo de la E era ya por pura tontería, que por muy graciosas que me suenen las palabras como viceo, foleo, codicea, etc., no creo que suenen mejor así. Quede clara la diferencia).

Pero oye, que no soy la única; ayer por ejemplo, una compañera del curso dijo:
- Yo siempre he sido muy buena aludna.
Me encantó. Aludna. Cómo está el aludnado hoy en día.
Es genial.
¿Quién me dice a mí que a ella no solo le suena mejor así, sino que incluso se revuelve en su interior cuando nos oye a los demás la palabra alumno?

Mi madre hace poco me dijo:
-Un diabético tiene diabetes, pero ¿no sería más lógico que tuviese diabetis?
Y tiene toda la razón.

No es por justificarme, pero ya sabéis lo que dicen, de casta le viene al galgo...



miércoles, 8 de octubre de 2008

la habitación libre


Me da la impresión de haber presenciado una especie de documental sociológico: he puesto un anuncio en internet y en menos de 24 horas, 13 personas (ni 12 ni 14, que diría Nata) han venido a ver la habitación libre que ha quedado en mi casa, para alquilarla.
Me he oído repetir la misma historia, hacer las mismas preguntas, señalar los mismos radiadores, abrir las mismas ventanas, 13 veces seguidas.
Y eso es agotador.
La variedad, desde luego, la aportaban ellos.
Los chicos, en general, iban más rápido, más al grano, un par de preguntas y fuera, a otra cosa.
Las chicas preferían hablar más; no sólo me contestaban lo que les preguntaba, sino que me daban muchos más datos para crear conversación y tantear.
Ha venido un chico al que lo que más le ha gustado de la casa ha sido el espejo del baño. y más concretamente, él reflejado en el espejo del baño, porque durante un par de minutos ha estado colocándose las cejas frente a él, mientras yo hablaba. El resto de la casa lo ha mirado de pasada. Y luego me ha dicho que le interesaba muchísimo. (¿El qué?)
Otra chica me ha dicho, como poco veinte veces, que ella no era pija.
Otra me ha prometido muestras gratis de colonia, de por vida.
Y todos los extranjeros -que por cierto, eran mayoría- insistían en que no eran Erasmus (pobres, qué mala fama tienen).
La verdad es que era gente agradable.
Cuando se marchaban, yo me iba a mi cuadernito y apuntaba cosas prácticas como: Fulanita: "no fuma", "feliz sin tele", "se queda los muebles", o "ha convivido antes"; y luego ya observaciones más personales, por un lado para acordarme de ellos y por otro para poder descartar, tipo: "tiquismiquis", "un poco listilla", "parece mi madre", "pinta de mandona", "me interrumpe", cosas así. Aunque al final casi siempre añadía "parece maja" o "seguro que no es mala persona" en fin, algo bueno. Supongo que por los remordimientos que me crea tanto juicio negativo obligatorio.

¡Madre mía, qué difícil es esto!
Qué difícil y qué injusto.
Y también qué desagradable, tú ahí haciendo un casting como los de la tele, juzgando en cinco minutos a la gente por cosas tan absurdas y tan arbitrarias.

Pero bueno, es lo que hay.

Ya he descartado a seis.

Uf.



el círculo



Qué curioso lo de las fases por las que -más o menos- pasa todo el mundo con respecto a las parejas.

Porque yo estoy muy bien como estoy, pero según esto, madre mía lo que me espera...

jueves, 2 de octubre de 2008

la barriga de mi hermana



La barriga de mi hermana
ya es una cosa gigante:
donde no entraba un piojo,
hoy cabría un elefante.

Allí dentro, mi sobrina
tiene una vida pausada,
flota feliz, y se mece
en su casita acolchada

(aunque a veces hace giros,
voteretas y flexiones,
y mi hermana refunfuña,
y se agarra los riñones).

La barriga de mi hermana
tiene dentro un micromundo;
Valentina está en el centro,
creciendo cada segundo.