La barriga de mi hermana
ya es una cosa gigante:
donde no entraba un piojo,
hoy cabría un elefante.
Allí dentro, mi sobrina
tiene una vida pausada,
flota feliz, y se mece
en su casita acolchada
(aunque a veces hace giros,
voteretas y flexiones,
y mi hermana refunfuña,
y se agarra los riñones).
La barriga de mi hermana
tiene dentro un micromundo;
Valentina está en el centro,
creciendo cada segundo.
ya es una cosa gigante:
donde no entraba un piojo,
hoy cabría un elefante.
Allí dentro, mi sobrina
tiene una vida pausada,
flota feliz, y se mece
en su casita acolchada
(aunque a veces hace giros,
voteretas y flexiones,
y mi hermana refunfuña,
y se agarra los riñones).
La barriga de mi hermana
tiene dentro un micromundo;
Valentina está en el centro,
creciendo cada segundo.
2 comentarios:
Te ha quedado preciosa, ahora que ya no atacas al cuñado sino a mí, diciendo que refunfuño cuando la piruetista se mueve... ¡pero si me encanta!
Lo de los riñones va al margen de sus movimientos (al menos de momento), pero te lo permitiré en pro de la poesía.
¡Bravo!
Ya lo sabía, pero oye, si hay que mentir un poquillo para que rime, pues se miente..
¡Besos para ti y para tu barriga!
Y para el padre también, hombre.
Publicar un comentario