sábado, 31 de enero de 2009

los soldados cabezones

Es apasionante el mundo de las termitas.

Las soldado (dibujo) tienen una cabeza tan desproporcionada con unas mandíbulas tan grandes, que son incapaces incluso de comer por sí mismas, por lo que tienen que ser alimentadas por las obreras.
La madera estropeada por termitas aparentemente está bien (no como la atacada por carcoma, con agujeritos a la vista), pero en realidad está hueca y en cuanto la tocas se hunde; solo dejan una lámina externa de más o menos un milímetro de grosor, lo suficiente para protegerse de la luz, ya que son fotofóbicas.
Si se te ocurre hacer un agujerito en esa madera, por ejemplo con un boli, aparecerán de repente un montón de soldados que, uniendo sus cabezones, taparán el agujero para que no entre la luz. Y detrás llegarán las obreras para reparar el daño que has hecho, taponando la abertura con una mezcla de excrementos y serrín.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y después de contaros esto ¿os enseñan a exterminarlas? Porque visto así, da hasta pena...

ro dijo...

Si, ¿verdad?
A mí la parte que me interesa es esta, que las maten otros...