¡Esta foto me encanta!
La he visto miles de veces, porque ha estado durante años sobre el piano, y claro, hace siglos (cuando tocaba) me pasaba muchas horas mirando lo que tenía enfrente.
Ahora, además del piano, mis padres tienen escáner, y hay que sacarle partido.
Os presento:
De izquierda a derecha, mi prima Mónica, mi hermana Muriel, yo y mi prima Blanca.
Por si alguien se lía, los vestidos iguales aclaran bastante sobre los lazos familiares.
Mónica y Muriel, las mayores, ahora son madres.
El otro día, cuando mis primas fueron al hospital a ver a mi hermana y a la recién estrenada Valentina, Blanca y yo estuvimos hablando sobre eso:
-Por edad, tú eres la siguiente.
-Pues lo llevamos claro.
-Ya ves.
-Venga, que te cedo el puesto.
-Uy qué honor. Quita, quita.
No me acuerdo de quién era la boda donde nos hicieron la foto, solo recuerdo que guarreamos con las bebidas, que hicimos un cóctel a base de los restos de vino y refrescos que estaban por los alrededores, junto con miguitas de pan, sal y pimienta. Un clásico de las bodas, por otro lado.
Jo, qué majuelas éramos.
La he visto miles de veces, porque ha estado durante años sobre el piano, y claro, hace siglos (cuando tocaba) me pasaba muchas horas mirando lo que tenía enfrente.
Ahora, además del piano, mis padres tienen escáner, y hay que sacarle partido.
Os presento:
De izquierda a derecha, mi prima Mónica, mi hermana Muriel, yo y mi prima Blanca.
Por si alguien se lía, los vestidos iguales aclaran bastante sobre los lazos familiares.
Mónica y Muriel, las mayores, ahora son madres.
El otro día, cuando mis primas fueron al hospital a ver a mi hermana y a la recién estrenada Valentina, Blanca y yo estuvimos hablando sobre eso:
-Por edad, tú eres la siguiente.
-Pues lo llevamos claro.
-Ya ves.
-Venga, que te cedo el puesto.
-Uy qué honor. Quita, quita.
No me acuerdo de quién era la boda donde nos hicieron la foto, solo recuerdo que guarreamos con las bebidas, que hicimos un cóctel a base de los restos de vino y refrescos que estaban por los alrededores, junto con miguitas de pan, sal y pimienta. Un clásico de las bodas, por otro lado.
Jo, qué majuelas éramos.
1 comentario:
Jajaja, que no que no, que ya sabes que la siguiente eres tú que además tienes casa Un padre que se ofrezca a darte un hijo lo encuentras en cualquier parte (otra cosa es que se quiera hacer cargo de él!).
Así que nada monada, no me quieras hacer el lío.
MuA!
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